domingo, 27 de diciembre de 2009

LA INSPIRACION







LA INSPIRACION










Dicen que los escritores, prosistas o poetas, noveles unos, o avezados ya en el arte de escribir otros, invocan a sus musas cuando inician algunos de sus escritos. Unos lo hacen porque creen que bajo el influjo de su intervención hallarán la fuerza y la iluminación necesarias para sus creaciones. Otros, para que su valimiento les oriente en el arte y habilidad de su estilo.

Sea como fuere, cada cual, finalmente, elige a su musa en relación con su afinidad y sensibilidad.

Para unos las musas son seres reales; para otros, seres imaginarios o espíritus que les ilumina; para otros más, son la esencia, la energía y la fuerza que les impulsa a escribir. Y, quizás, para otros su musa son la inspiración y el estímulo que los aconteceres, que rodean a los humanos, les induce a expresar sus pensamientos y sentimientos.

Son fuentes de inspiración los vaivenes afectivos y sentimentales de la vida cotidiana de las gentes, los hechos luctuosos y dramáticos de la vida, los grandes acontecimientos que conmocionan al universo y a la humanidad, las circunstancias triviales e insignificantes que nos rodean, y, porqué no, también las pequeñas alegrías y satisfacciones que proporciona la vida.

También son motivos de inspiración las magnificencias de la naturaleza, sus montañas y llanuras; sus ríos y mares; sus desiertos de arena y nieve; sus animales y sus plantas.

Las aguas sonoras del arroyo que discurren rutilantes por el lecho guijarroso; los insectos de alas polimorfas y cromáticas que liban el néctar de las flores y plantas; el zagal con el zurrón en bandolera que apacienta el rebaño por las laderas de las montañas; los fulgores y estruendos de la tormenta. Y también son causa de inspiración otros tantos y tantos más acontecimientos que dispensa la naturaleza.

Yo, aprendiz de escritor, iniciado en los avatares de la redacción, - cuyo único interés es el plasmar pequeñas y anodinas anécdotas con las que me recreo leyéndolas y volviéndolas a leer, - al igual que los consagrados maestros de la pluma, también tengo mi musa a la que invoco y cuya protección solicito en mi modesto devenir.

Mi musa y mi inspiración, sin embargo, es real, es tangible; es un alma unida a un cuerpo; mi musa es mujer, mi musa eres Tú.

Te elegí como musa cuando al leer mis primeras letras y recibir tu congratulación, creí ver en tu rostro un gesto de sorpresa y satisfacción. De sorpresa porque no podías imaginar la fantasía y el estilo, que se plasmaban en mi humilde escritura, a los que de una forma desmedida sublimaste; de satisfacción porque, quizás, la sensibilidad que apreciaste en lo que escribía era coincidente con el sentimiento y emotividad de tu alma.

Es por todo ello por lo que, desde ahora, tú serás Mi Musa.










JESÚS CHACÓN BAUTISTA

No hay comentarios:

Publicar un comentario